miércoles, 21 de octubre de 2009

The Bike Computer: Un cuentakilómetros de bici para el iPhone


Los ciclistas iphoneros tienen a su alcance diversas aplicaciones que pretenden sustituir el típico cuentakilómetros de bici. Tienen evidentes ventajas, como, por ejemplo, la capacidad de guardar rutas o publicarlas en internet.

Sin embargo son menos precisos, consumen mucha batería y, obviamente, requieren de un soporte que no siempre es compatible con la bici plegable. Estos dos últimos problemas parecen en vía de solución gracias a Dahon y su soporte Reecharge. Pero, mientras tanto hay que esperar (y habrá que ver a que precio sale el cacharrito).

Pese a estas desventajas, yo uso una de estas aplicaciones, concretamente The Bike Computer. Es gratuita, razonablemente precisa (todo lo que el GPS del iPhone le deja) y, sobre todo, tiene una lectura muy clara y sencilla. El tema del soporte es otra cosa. En eBay pueden encontrarse algunos de estos a precios asequibles. El problema es que hay que desmontarlos para plegar la bici.

Pese a todo, son una alternativa muy apetecible para los que tengan un teléfono con GPS (no lo sé, pero imagino que habrá apliaciones similares para Android o Windows Mobile).

jueves, 15 de octubre de 2009

Proceso de compra y algunos problemas

Hoy voy a hablaros del cómo compre la bici y de algunos problemillas que me ha dado. Que no todo iba a ser de color rosa.

Como ya he dicho, la bici de mis desvelos es una Dahon Speed D7. La compré por internet, en la web Bike Stocks, aprovechando una oferta suculenta. Me salió por 299 €, sin gastos de envío. Ahora está por 465 €. En las tiendas físicas en las que pedí precio (Rafael Abad, por ejemplo), éste rondaba más bien los 420 €.

Me pidieron los datos de mi tarjeta por teléfono, cosa que no me convenció demasiado. Hice el pedido el 23 de febrero de 2009 y la bici llegó el día 26. Se dio la circunstancia de que yo estaba de viaje de trabajo ese día pero parece que el paquete llegó en buen estado.
El domingo día 1 regresé a Valencia y pude probarla por primera vez, llevándome la desagradable sorpresa de que estaba muy desajustada. Se enganchaba 7ª, bajaba de velocidad en 5ª, la cadena se salía si se hacía una pedalada muy enérgica... Me pareció un contratiempo ya que por teléfono, cuando tramité el pedido se me aseguró que las bicis se entregaban completamente ajustadas y montadas. Quizá se dejastura durante el transporte, no tengo manera de comprobarlo. Pero la verdad es que hasta le faltaba engrase. Tuve que llevarla a un taller de la zona para un ajuste en condiciones. Así que los 10 € que me cobraron habría que agregarlos al precio final.

No sé si fruto de ese mal ajuste o por un fallo fortuito, la bici tuvo su primer problema serio apenas una semana más tarde. Circulando a cierta velocidad por el Viejo Cauce del Turia noté como perdía el pedal derecho (casi me la pego). Lo malo fue que, al volverlo a colocar en el sitio noté que la rosca de la biela estaba dada de sí. Había virutas de aluminio alrededor del pedal y en el suelo. Parecía como si se hubiese forzado. Llegué como puede a mi destino y enrosqué con fuerza el pedal a la poca rosca que quedaba y así ha aguantado hasta hoy. No muy conforme, busqué una respuesta al problema en el vendedor que contestó a un email enviado el 11 de marzo el día 17 de marzo (adujeron problemas de almacén) con una lacónico “por favor, envíanos la biela que se ha estropeado para poder remitirla al fabricante”. No me pareció una solución apropiada y, como la biela y el pedal siguen, de momento, juntos, pues lo he dejado correr, encomendándome a lo barata que me salió la bici. Además, es mi medio de transporte y no puedo quedarme sin ella por tiempo indefinido. He aprendido, no obstante, que esta bici se ha de llevar con mucha suavidad.
Por cierto esta es una de las cosas que me sorprenden del mundo de las bicis: lo mal que están concebidos los servicios técnicos. No comprendo por qué motivo hay que ir a morir a la tienda donde adquiriste el producto y por qué no existen servicios oficiales que cubran las reparaciones en garantía (además de otras reparaciones, por supuesto).

Otro problema que he tenido ha sido la tija del sillín. Con el tiempo, la tija iba bajando y subiendo cada vez con menos facilidad hasta que finalmente, un día, no bajó más. Esto ocurrió después del verano, tras casi un mes de inactividad y plegado de la bici. No sé si tendrá que ver. Un poco de lubricante, la Dremel y algo de paciencia han solucionado el problema.

El último inconveniente es que los frenos son tremendamente ruidosos. Desde el principio. Naturalmente, tanto más los días húmedos (que en Valencia son muchos). Al menos sirven como complemento al timbre.

No hay mal que por bien no venga.

jueves, 8 de octubre de 2009

Carril bici en Valencia: análisis - Plaza Armada Española - Jardín de Ayora


Uno de los objetivos del blog es contar la experiencia ciclista en Valencia como una globalidad.

Yo, personalmente, soy usuario del carril bici. Creo que es lugar lógico para circular, mucho más que la acera o el asfalto. Valencia tiene algunos carriles bici realmente muy buenos y hablaré de ellos más adelante. No es, sin embargo, el caso de este.



Ver Carril bici Puerto - Jardín de Ayora en un mapa más grande

Aquí tenemos el carril bici que, se supone, enlaza la Plaza de la Armada Española con el carril bici que (también se supone) une el campus de Tarongers con la Avenida del Puerto. Como puede verse, al llegar al cruce de Jerónimo de Monsoriu con Conserva, se corta, desaparece, se acaba sin enlazar con ningún otro carril.

A los ciclistas de la foto se les plantea un pequeño dilema: por el jardín no pueden ir (está prohibido y me parece muy bien), por la calle que continúa tampoco, ya que es dirección prohibida y la acera es muy muy estrecha. Si giran a la derecha se toparán con una explanada con muchos niños y una piscina cubierta. Es la mejor opción, aunque no la opción ideal.

Lo realmente ideal sería que el carril continuara por la explanada para unirse al carril de Tarongers en la calle Músico Ginés. Incluso aunque el carril siguiera recto por donde sugiere su trazado se obliga al ciclista a dar una vuelta antinatural. Un ciclista no usará un carril que le obligue a circular más metros de la cuenta, Por eso este carril apenas se usa. Una de las cosas que he aprendido de los carriles bici es que solo se usan los que están bien hechos. Esté, que está bien construido, está mal trazado.

En descargo del Ayuntamiento (o de la Generalitat, ya que creo que la construcción de este carril estuvo vinculada a las obras del Metro) conviene indicar que el embudo que se ve más adelante se debe a una manzana de casas ocupadas pendientes de derribo que abrirán el doble eje Jerónimo de Monsoriu - Rodrigo de Pertegás/ Guillem de Anglesola - Músico Ginés.

Pese a ello, este no es el único defecto del carril. Hay giros imposibles de 90º
y en el tramo del tranvía el carril se construye a base de privar espacio al peatón, lo que siempre crea conflictividad.

sábado, 3 de octubre de 2009

Empiezo...por ningún sitio


Empiezo por aquí. Por algún sitio hay que empezar. Y no siempre se puede empezar desde el principio. O no se quiere. Esta es la bici que ha cambiado mi forma de moverme por la ciudad. Es una Dahon Speed D7. Pero podría ser cualquier otra bici plegable. Este blog no está destinado a ensalzar la marca Dahon, necesariamente. Sólo es un medio como cualquier otro de hacer pública mi satisfacción por esta compra.

La foto es de la Dahon en la consulta del médico (mi médico, se entiende). Una de los temas centrales de este blog será tratar las dificultades y las facilidades que tengo para meter la bici hasta la "cocina" en según qué sitios.

Esto sólo es una presentación. Pronto hablaré más de la bici, de por qué la compré, que defectos tiene, y que aventuras y desventuras enfrenta un ciclista urbano en una ciudad como Valencia.

Hola a todos. O a nadie.